sábado, septiembre 10, 2005

La Vida de mi Padre, de Raymond Carver

Seduce la simpleza de la narración. Recién (año 2005) lo descubrí entre los escritores "influencia" de la ganadora del premio novela de revista de libros 2005, Patricia Poblete, y no me sorprende en absoluto. La capacidad de crear un mundo cercano al lector, en el que sin grandes quiebres y más bien con los mismos elementos cotidianos de análisis presentes en toda la narración, logra emocionar y crear sensaciones profundas, hacen de Carver una presencia a considerar.

Tres aspectos sobretodo. 1.- La influencia del entorno del escritor en su escritura. 2.- La capacidad de lograr ser escritor en medio de la velocidad de este mundo moderno. 3.- La zona oscura presente en cada narración. Eso que el mismo escritor desconoce al comenzar su libro.

Veamos...

1.- La influencia del entorno del escritor en su escritura.

¿Es posible que su misma vida sea la principal influencia en un escritor? ¿Y no los libros y autores que llenan su cabeza? Algún Borges no habría estado de acuerdo, pero me parece lógico que el mundo que uno va construyendo sea en definitiva lo que marca el pulso de la propia escritura. Y más aún en los poetas. Primero vivir y luego, más tarde, extraer lentamente el vino de los días vividos para crear un licor que seduzca al paladar.

2.- La capacidad de lograr ser escritor en medio de la velocidad de este mundo moderno.

La pugna entre sobrevivir y escribir, entre lo terrenal y lo espiritual es un continuo necesario que actua como un filtro. Pero siempre el final pasa por conceptos parecidos o aparecidos finalmente en algún momento de la vida: el maestro, la oportunidad tomada, la insistencia obseca, la disciplina. El mito del escritor que no lucha contra la sobrevivencia cotidiana se parece a otros mitos de nuestros tiempos. Algunos simples y cercanos: es fácil ser músico famoso, sólo se necesita buena voz; es fácil vivir con una sola persona, sólo hay que estar enamorado; es fácil ser empresario independiente, sólo es necesario empuje. Y la verdad es que sólo vemos a aquellos que lo han logrado cuando afirmamos lo anterior, pero no se ven los muertos en el camino, los que han caído en el esfuerzo.

Sin embargo, tampoco se trata de negar el sueño, de hacer la vista al lado cuando lo vemos coquetearnos descaradamente. "La moza está desnuda en la ventana, soy yo quien no la mira. Y todo está llorando por verla o por asirla." Armando Uribe. El intento es vida. Me parece sano que lo cabalgemos como corresponde hasta cruzar el bosque de las incertidumbres. Después de todo, no podemos vivir sin siquiera una vez apostar todo a una buena mano. Y sabemos que tarde o temprano debemos iniciar el camino hacia el sueño.

3.- La zona oscura presente en cada narración. Eso que el mismo escritor desconoce al comenzar su libro.

Cita a Flannery O'Connor y el ensayo Escribir Cuentos (habría que buscarlo) para apoyar la tesis acerca de la escritura como un acto de descubrimiento. ¿La hoja en blanco va motivando al escritor a transgredirla o alguien dicta en el oído el cuento que desconocemos? ¿Meros transcritores que damos lógica a un dictamen de otro mundo? ¿Traductores de impulsos que nos llegan por misteriosos canales? ¿La mente toma a una velocidad desconocida actos de la bodega de nuestros recuerdos entremezclada y caótica y esto se suma a nuestra imaginación todopoderosa?

Creo que hay otro tema en esto. Desconocemos las redes que nuestra mente puede conformar, manejar, entender y dominar. Sabemos que todo está bien, que los actos se entrelazan adecuadamente y por eso damos rienda suelta a un personaje miestras dejamos vivir a otros alejados del relato. Algo nos dice que todo va bien y así es. ¿Cuanto manejamos, entendemos, dominamos de lo que nos rodea sin saberlo?

1 comentario:

Rafa dijo...

Gran imagen la de saborear finalmente el proceso en el paladar, luego de que decante la borra...

Mientras me subo a la "plataforma"..., aquí te dejo una líneas que vengo rumiando hace tiempo


::: Tu nombre :::

El misterio del nombre
es su llamada

El te conducirá
por luces oscuras
en compañía santa y pagana

Su canto
flota en el aire
como miel de amebas

En el tuyo están todos los nuestros,
seis voces lo dirán
y no tendrá eco.


Un abrazo.

Rafa

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