viernes, octubre 19, 2007

Amos de la Guerra 1939-1945. El corazón del conflicto, de Simón Bretón y Joanna Potts.

La lucha mental de cuatro hombres que, con distintos valores e intenciones, pareciera que inventan esta época violenta, oscura, aterradora; tratando unos, de preservar pasadas formas de dominación y otros, de imponer nuevas que realmente sólo son repeticiones.

Hitler va perdiendo la calma y se autodestruye cumpliendo con dictámenes autoimpuestos con anterioridad a la guerra. Se lo ve como soldado en la primera guerra. Se lo ve respetando al imperio británico. Se lo ve inmerso en si mismo sin respeto por nada. Y finalmente, aparece como uno de esos jugadores de ajedrez que se adelantan demasiado a las jugadas. Tanto, que cree haber ganado el partido muchas veces.

Stalin hace lo que quiere. En el libro pide y da y mata cuando quiere y todos giran en torno a sus impulsos. Miente y gana y se equivoca muchas veces. Su personalidad inquieta. Su fuerza es devastadora. Quedan ganas de adentrarse en esta personalidad abismante que ciertamente está viendo el tablero desde su lado de la mesa.

Churchill pareciera ser el que siempre pierde. Trata desesperadamente de mantener las cosas como están, ya que es quien ha sido dueño de gran parte del tablero hasta el momento. Es inquietante leerlo todo el libro intentando manejar las piezas y saber, al fin, que de maneras misteriosas sí lo logra.

Roosevelt desconcierta. Se mantiene como vecino distante pero entiende bien la oportunidad que todo esto representa. Y peca de altanería. Es el jugador que esconde bien los alfiles, que juega bien con los caballos. Pero no ve las torres ni entiende de dominar el centro del tablero.

El libro es genial en la manera de convertir el conflicto en una lucha de intenciones, de caracteres y hasta de extrañas inocencias culturales forjadas por maneras de entender, ver y querer reinventar la realidad.


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